Este día se conmemora y busca mantener vivos en la reflexión y memoria social los tristes acontecimientos producidos en la última dictadura militar. No con el objetivo de depositar una visión estática sobre aquella etapa tan oscura, no con el objetivo de perpetuar un ánimo irreparable, no con la intensión de vivir en el pasado… Pero sí con el objetivo claro de tener presente los errores cometidos y las consecuencias terribles que de ellos pueden desprenderse, sí con el objetivo claro de una consciente muestra de respeto por las familias víctimas de la desaparición de un hijo, una hija, una nieta o un nieto; sí con el objetivo inclaudicable de la búsqueda de justicia y esclarecimiento sobre los acontecimientos henchidos de sombras que dificultan la investigación de los hechos, sí con la desafiante posibilidad de entender la vida política y económica dentro de un marco y convivencia democráticos.
En el año 2002, el Congreso de la Nación dictó la ley 25.633, creándose el “Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”, con el fin de conmemorar a las víctimas, pero sin darle categoría de día no laborable, es decir, sin ser un día feriado.
Ya en el año 2005, desde el Poder Ejecutivo Nacional se propuso que esta importante fecha se convirtiera en un día feriado, no laborable e inamovible, obteniendo en principio la oposición a este proyecto por parte de personalidades de la política y demás organizaciones, quienes recalcaron la connotación festiva del carácter de feriado.
Finalmente, con el apoyo de otras organizaciones de derechos humanos como Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo, la declaración del feriado nacional se convirtió en ley con 34 votos en favor, 17 en contra y 4 abstenciones de peronistas disidentes.