Los riñones son un órgano de regulación del equilibrio interno. Eliminan las sustancias de desecho y recuperan aquellas que son necesarias, regulan el calcio, el fósforo y producen hormonas. Cuando fallan, los desechos se acumulan en el organismo, la presión arterial se eleva y el cuerpo puede retener el exceso de líquido y no producir suficientes glóbulos rojos.
La Organización Mundial de la Salud propone la siguiente lista de recomendaciones para cuidar los riñones:
- Hacer ejercicio (30-60 minutos al día).
- Beber abundante agua
- Evitar el sobrepeso y la obesidad.
- Reducir el consumo de sal.
- Evitar dietas de alto contenido proteico.
- Evitar alimentos procesados o con aditivos de fosfato
- Disminuir el consumo de azúcar.
- Consumo moderado de alcohol.
- No fumar.
- Evitar el consumo de anti-inflamatorios, sólo en ocasiones puntuales, siempre bajo prescripción médica.
- Controles periódicos del estado de salud (especialmente en analíticas de sangre y orina que recojan valores como la urea, la creatinina y la glucosa).
La enfermedad renal no tiene cura, pero con una mejora en los hábitos de vida y de alimentación puede prevenirse.