El ACV, es una enfermedad aguda que se produce cuando se tapa o rompe una arteria del cerebro. Puede ser mortal o dejar a la persona afectada con una discapacidad. Puede ocurrir de forma muy rápida, y su detección puede reducir las secuelas drásticamente si se actúa con urgencia, dentro de las primeras cuatro horas y media.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas pueden ser diferentes y muy sutiles:
- Debilidad o sensación de que se duerme un lado de la cara, un brazo o una pierna, especialmente del mismo costado.
- Confusión al hablar.
- Problemas para hablar o entender lo que se le dice.
- Problemas para caminar.
- Mareos.
- Pérdida de equilibrio o falta de coordinación del cuerpo (por ejemplo, querer agarrar algo y no poder).
- Dolor de cabeza muy fuerte y repentino.
Las personas con hipertensión y/o colesterol alto tienen más riesgos de sufrir un ACV.
¿Qué puede hacer?
- Compruebe si la persona tiene dificultades para entender o hablar. Hablale para ver si te entiende y responde a tus órdenes.
- No deje sola a la persona. Intente tranquilizarla y mantenerla tranquila.
- Llame a Emergencias o diríjase a una guardia médica.
Cuanto más rápido reciba asistencia médica, aumentan las probabilidades de que la persona se recupere y/o solo le queden secuelas leves.
¿Cómo prevenir un ACV?
- Un control anual va a servirle a su médico para saber si tiene riesgo de sufrir un ACV y ayudar a reducirlo.
- Adopte hábitos saludables: actividad física sostenida, alimentación sana, consumo de frutas y verduras, y reducir el consumo de sal, entre otros.
- Evite el consumo de tabaco.
- Controla la tensión arterial. La hipertensión es una de las principales causas de infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares.
- El aumento del colesterol en la sangre incrementa el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares.