Tradicionalmente se llamó secretario o secretaria a la persona encargada de supervisar los asuntos, sobre todo aquellos que requerían confidencialidad, de personas de cierto poder, monarcas, papas etc. En la actualidad sus funciones están siempre relacionadas a las tareas de oficina, como ser atender a la visita, sus llamados, llevar una agenda siempre actualizada, mantenerse al día con la tramitación de expedientes, conocer de protocolo, relaciones humanas y otras destrezas. Sin embargo la vocación de servicio no figura en ninguna definición y resulta ser parte fundamental en esta función.
Cada día en la oficina de la intervención del Instituto se atiende a todos los afiliados que llegan hasta ahí en busca de soluciones urgentes, además se atiende a muchos otros casos que ingresan en busca de respuestas a sus trámites y allí están ellas, dispuestas a brindar una pronta resolución como parte de la tarea. “Nuestra tarea es full time, si bien tenemos nuestros horarios como todos, en caso de que la labor así lo requiera, estamos siempre disponibles para responder al trabajo”, coinciden las voces de las secretarias del IPSST Sofía Adad, Ruth Crivillon y Betsabé Vecce, Secretarias de la Intervención, junto a Liliana Solivellas de la Sub Intervención de Acción Social y a Cecilia Vázquez de la Sub Intervención de Administración y Recursos Humanos.
Ruth cuenta que, “me siento bien cuando puedo ayudar a resolver situaciones”, y agrega, “muchas veces una se involucra con casos de afiliados que llegan a la Intervención y se trata de pacientes de riesgo o que pasan por tratamientos extensos y uno los empieza a conocer y luego los va siguiendo en su tratamiento, en su evolución, encuentro esa parte de mi trabajo como algo muy gratificante”.
Por su parte Sofía hizo referencia a su labor y dijo, “cada día nos propone un nuevo desafío, cada situación en la que uno interviene es diferente de la otra, las personas que llegan a nuestra oficina, sus necesidades, sus tiempos, todo nos plantea estar permanentemente al servicio y en actitud de apertura para resolver y responder a cada pedido”.
Compromiso, orden, discreción, buen tino, humanidad, profesionalismo y tantas otras destrezas y capacidades desarrolla la persona que a cada momento se encarga de amenizar una espera, ordenar un espacio en el tiempo y resolver situaciones de los que llegan en esa búsqueda.