Un accidente vascular cerebral es lo que ocurre cuando al cerebro le falta riego sanguíneo. Gran parte de los ACV están causados por un bloqueo abrupto de las arterias cerebrales y como la sangre transporta los nutrientes y el oxígeno al cerebro, las células cerebrales se lesionan y pueden morir.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Accidente Cerebrovascular (ACV) representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos, a nivel mundial. 15 millones de personas sufren un ACV por año, de las cuales cinco millones mueren y un 30% queda con una discapacidad permanente.
En la Argentina, se estima que una persona sufre un ACV cada cuatro minutos y que mueren alrededor de 20 mil personas por año, provocando en los pacientes diversos trastornos entre ellos, dificultades en el habla, asimetría facial, debilidad en un brazo, fuertes dolores de cabeza, pérdida de visión de un ojo y dificultades para poder caminar.
Un ACV puede ocurrir de forma muy rápida, y su detección puede reducir las secuelas drásticamente si se actúa con urgencia, dentro de las primeras cuatro horas y media.
¿Cuáles son los síntomas?
- Dolor de cabeza repentino sin causa aparente.
- Dificultad para hablar y dificultad para expresarse y ser entendido.
- Pérdida brusca de movilidad o fuerza en media parte del cuerpo -cara, brazo, pierna-.
- Sensación de vértigo, inestabilidad, desequilibrio y confusión repentina.
- Pérdida de la visión total o parcial en uno de los dos ojos.
- Adormecimiento o debilidad repentina en la cara, el brazo o una pierna, en uno de los lados del cuerpo.
¿Qué puedo hacer para evitar un ACV?
- Dieta sana. Comer de forma equilibrada es fundamental para la salud del corazón y del sistema vascular.
- Hacer ejercicio. Al menos 30 minutos diarios de actividad física ayudan a mantener el sistema cardiovascular en forma.
- Evitar el consumo de tabaco.
- Controla la tensión arterial. La hipertensión es una de las principales causas de infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares.
- El aumento del colesterol en la sangre incrementa el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares.