Tras 7 días cargados de actividades alrededor del planeta, finaliza hoy una nueva edición de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, evento presentado por la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA), Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
Como cada año, el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán se plegó a esta destacada campaña, realizando una jornada que incluyo una charla informativa, dinámicas grupales y proyecciones, todo en el marco de un taller en el que se compartieron además las experiencias entre las mamás y familiares participantes, organizado por Dpto. Racional de Medicamentos (Centro de Calidad de Vida), junto con el equipo que trabaja en el Plan Materno Infantil.
Esta importante celebración que cumplió 25 años, comenzó a gestarse por el año 1979 cuando, ante la disminución de las tasas de lactancia materna a nivel mundial, UNICEF y la OMS, organizaron una reunión sobre la alimentación del lactante y niño pequeño.
El resultado de aquel encuentro derivo en la recomendación de un Código Internacional para controlar las prácticas de comercialización de fórmulas infantiles y otros productos utilizados como sucedáneos de la leche materna, es decir, como sustitutos parciales o totales de la leche materna.
Posteriormente en Mayo de 1981, la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) aprobó el Código Internacional de Sucedáneos de la Leche Materna adoptado por 24 países en su totalidad o parcialmente, incorporando muchas de las normas allí estipuladas a su legislación nacional otros 27 países en todo el mundo y finalmente fue instaurada su celebración de manera oficial en el año 1992 por la OMS.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna actualmente se convirtió en el movimiento social más extendido en defensa de la Lactancia Materna, cuya celebración se realiza en más de 120 países en todo el mundo, del 1º al 7 de agosto, difundiendo la protección, el fomento y el apoyo a la lactancia Materna.
La leche de la madre contiene el líquido que el bebé necesita y está adaptada a sus necesidades, por lo que la digiere más fácilmente que cualquier otra leche, además, a través de ella, la mamá le trasmite al bebé factores de protección («anticuerpos») que ayudan a prevenir diversas enfermedades hasta que sea capaz de formar sus propias defensas.
Siempre que sea posible, desde la OMS se recomienda alimentar al bebe exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida.