El tercer domingo de Octubre se celebra el Día de la Madre. Esta fecha siempre es emotiva, porque quienes están con ella pueden festejar de manera especial y, aquellos que no tienen esa dicha, la recuerdan con mucho amor. Esta vez, las agasajadas son las madres todas, las que prestan servicio en el IPSST, a lo largo y ancho de la provincia, como las mujeres afiliadas que tienen ese rol en la vida.
Buscamos tres ejemplos de maternidad dentro de la Institución y encontramos a Josefina, Carolina y Florencia, quienes trabajan hace años en el IPSST, en diferentes oficinas, pero que tienen en común ser madres.
La historia de Josefina Lanza comienza hace 34 años con su primera hija, y continuó a lo largo de su carrera profesional, ya que hace doce años nació su último hijo. En total son siete, que junto a su marido los criaron dentro de un núcleo familiar estable, y hoy cuenta emocionada que tiene dos nietos y uno viene en camino, «ahora pienso cómo hice y la verdad es que no sé. Siempre me ayudó mucho mi familia, mi mamá, mi suegra y mis hermanas. Hoy la veo a mi nuera que trabaja y atiende a sus hijos y se me parte el corazón cuándo veo que los deja a sus hijos conmigo o con su otra abuela».
Las madres del IPSSTCarolina Garvich y Florencia Cangemi, hace menos de una década que trabajan dentro de la institución pero sus historias no dejan de ser similares.
Carolina tiene tres hijos, la mayor tiene seis años y la menor uno. Para ella lo que más le costó es volver a trabajar después de la licencia por maternidad, «Lo que más te cuesta es volver al trabajo, porque sentís que los abandonas, pero tengo la ventaja de trabajar en el instituto y en la oficina de Turismo, porque somos un gran grupo de amigos más que compañeros de trabajo y me hacían pasar las horas de trabajo mucho más llevadero «.
Florencia tiene una nena de 4 años y está esperando a su nene. En un mes nace y está con los nervios y la emoción que las caracteriza a las mujeres embarazas, «debo reconocer que este embarazo fue más problemático, ya que tuve muchas nauseas que en el primero, y sumado a que tengo una hija que está con todos los celos propios del hermanito. En un mes nace, y tenemos que amoldarnos a este nuevo integrante, pero éste momento es hermoso».
Las madres del IPSSTLas tres tienen una historia que contar, cómo sus vidas fueron cambiando cuando comenzaron a agrandar su familia. Josefina recuerda que sus días eran interminables «comenzaban a las 5.30 de la mañana, salía con dos de la mano y uno en brazos, los dejaba en mi mamá y llegaba al instituto puntual, ni una llegada tarde, luego salía y me ponía a atenderlos y a hacer los quehaceres de la casa. Una vez que crecieron comenzamos a organizar la vida familiar, comprábamos la comida para toda la semana un día sábado, cada uno tenía una tarea dentro del hogar y María Cecilia, mi hija mayor, me ayudó mucho en eso. Además mis hijos tuvieron una vida social muy activa así que iban y venían de todos lados, y con mi marido éramos los que salíamos a buscarlos y llevarlos de todos lados. Hoy por hoy los sigo trayendo y llevando a los más chicos».
Carolina comenzó el primer grado con su hija mayor, «hoy me encuentro haciendo los deberes y preparando uniformes, carpetas, cartucheras, mientras mi hija más chica está dando sus primeros pasos», manifestó entre risas.
Las madres del IPSSTSus tres historias son diferentes, pero hay algo que las une, ser una MADRE, porque ellas son las únicas capaces de ser madres, cocineras, enfermeras, profesionales, poner orden, llorar y reír al mismo tiempo, y todo lo hacen por sus hijos.
Las palabras de Carolina resuenan dentro de su oficina cuando cuenta que su mayor placer son sus hijos, «el estar y compartir el día a día, verlos crecer, no tiene comparación a nada. Vos podes tener el problema más grave en el trabajo pero llegas a casa y estás con ellos y se te pasa todo. Desde que fui mama me cambió la vida y la manera de pensar».
Desde el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán queremos felicitar a todas las mamás en su día.