Concepciones erróneas:
- “Cuando hace calor la persona transpira y se necesita más sal en la alimentación”. Esta apreciación no es correcta: El sudor contiene poca sal, no es necesario agregar más. Si es importante tomar mucha agua.
- “La sal marina es mejor que la refinada por el simple hecho que es natural”. Cualquiera sea el origen de la sal, es el sodio el causante de problemas de salud.
- “La sal agregada en la cocción no es la fuente principal de la ingesta de sodio”. En muchos países, alrededor del 80% de la sal en la alimentación proviene de alimentos elaborados.
- “Se necesita sal para que los alimentos tengan un sabor apetitoso”. El ajuste de las papilas gustativas lleva cierto tiempo, pero cuando uno se habitúa a que haya menos sal, es más probable que se aprecien los alimentos y que se reconozca una gama más amplia de sabores.
- “Los alimentos ricos en sal tienen un gusto salado”. Ciertos alimentos ricos en sal no parecen tan salados porque a veces se les añade otros ingredientes, como azúcares, para disimular el sabor. Es importante leer las etiquetas para conocer el contenido en sodio.
- “Solo las personas mayores se deben preocupar por la cantidad de sal que consumen”. El hecho de consumir demasiada sal aumenta la tensión arterial a cualquier edad.
- “La disminución de la sal podría ser nociva para mi salud”. Es muy difícil consumir muy poca sal, dado que está presente en gran cantidad de alimentos de la vida cotidiana.