Lo más importante es saber que el diagnóstico temprano del cáncer de mama lo hace 100% curable, razón por la cual los expertos insisten acerca de la importancia de la realización de chequeos periódicos para lograr una detección temprana.
Persiguiendo este resultado, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se llama a todas las mujeres a realizarse una mamografía anual a partir de los 40 años.
Actualmente el tipo de tumor más frecuente de los que puede padecer la mujer, representa aproximadamente un tercio de los cánceres femeninos (30%), las estadísticas indican que 1 de cada 10 mujeres padecerán esta enfermedad a lo largo de su vida.
Desde el IPSST buscamos propagar conciencia, trabajando desde el Centro de Calidad de Vida, órgano dedicado a la promoción de la salud y prevención de enfermedades a través de Planes y Programas Especiales enfocados a la atención personaliza, realizando seguimiento y control de patologías sensibles que requieren un trato diferente y eficiente como ser las Enfermedades Oncológicas, Diabetes, Esclerosis Múltiple, Hemofilia, HIV y Artritis Reumatoide.
Hoy el mundo entero se viste de color rosa, color que simboliza la lucha contra el cáncer de mama, apoyemos esta causa y tengamos en cuenta lo siguiente:
Los factores de riesgo
Los principales factores de riesgo de contraer cáncer de mama incluyen, una edad avanzada, la primera menstruación a temprana edad, edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber dado a luz, antecedentes familiares de cáncer de mama, el hecho de consumir hormonas tales como estrógenos y progesteronas, consumir alcohol. Entre el 2 al 10% de los casos, el cáncer de mama es causado por mutaciones genéticas avanzadas.
La importancia de la detección precoz
El cáncer de mama precoz generalmente no causa síntomas, por lo cual la posibilidad de curación depende del diagnóstico temprano y su posterior tratamiento. La autoexploración del seno es una medida complementaria y útil. En caso de notar alguna novedad o variación, es recomendable consultar con el médico para asegurar que no se trate de un problema, realizando ya en ese caso algunas de las técnicas de imagen (mamografía, ecografía de mama, resonancia magnética) para diagnosticar si existe la enfermedad o no.