Los linfomas son un conjunto de enfermedades cancerosas que se desarrollan en el sistema linfático. A los linfomas también se les llama los tumores sólidos hematológicos para diferenciarlos de las leucemias. Los mismos se producen debido a la proliferación neoplásica de células de los tejidos linfoides.
Los linfomas son un tipo de neoplasia hematológica que se manifiesta en órganos del sistema linfático. Junto con la leucemia y el mieloma representan la quinta causa de muerte por cáncer en el mundo.
Existen fundamentalmente dos grandes categorías de linfomas: linfoma de Hodgkin y linfoma no-Hodgkin (LNH). Cada 90 segundos se diagnostica a una persona con LNH en el mundo, y produce 200 mil muertes al año.
Según los resultados de una encuesta realizada por la Lymphoma Coalition hace dos años, sólo uno de cada cinco pacientes entrevistados había sospechado la enfermedad antes del diagnóstico, menos que el promedio global. Conocer los síntomas es fundamental para un pronóstico más favorable; los pacientes que se detectan en un estadio temprano del linfoma tienen 70% de probabilidad de supervivencia a 5 años, en comparación con 58% de los pacientes en estadio avanzado.
Los síntomas del Linfoma pueden variar dependiendo del tipo de Linfoma, de la zona del cuerpo que este siendo más afectada y de la velocidad de crecimiento que tenga, siendo estos los más comunes;
- Sudores nocturnos abundantes
- Fiebre y escalofríos intermitentes
- Picazón inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello, axilas, ingles u otras áreas.
- Perdida de peso
- Tos o dificultad para respirar (cuando afecta el timo o los ganglios linfáticos en el pecho)
- Hinchazón o dolor abdominal (manifestándose en forma de inapetencia, estreñimiento, nauseas y vomito)
- Fatiga y anemia.