El agua es un nutriente esencial e irremplazable para el cuerpo humano. El consumo de agua y mantener una correcta hidratación es fundamental para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano.
Para un buen funcionamiento corporal, debe existir un balance entre la ingesta y la pérdida de agua. Por esta razón, se recomienda el consumo de alrededor de 2 a 2,5 litros de agua de forma diaria. Es necesario reforzar este consumo diario en épocas de altas temperaturas debido a que se produce un desequilibrio ya que el cuerpo, mediante la sudoración, pierde mayores cantidades de agua.
La deshidratación ocurre cuando el cuerpo no tiene tanta agua y líquidos como es necesario. A su vez, los golpes de calor se producen por la pérdida de agua y sales esenciales que el cuerpo humano necesita para su funcionamiento.
Recomendaciones.
- Reducir el consumo de azúcares libres, tanto para los adultos como para los niños.
- Acompañar la hidratación con agua, con el consumo de frutas y verduras.
- El consumo de agua segura para prevenir enfermedades diarreicas y el síndrome urémico hemolítico.
- Evitar el consumo de infusiones calientes, bebidas alcohólicas y aquellas con mucha azúcar.
- Tomar agua antes, durante y después de realizar actividad física.
Mantener una ingesta constante y controlada de agua durante el día permite evitar tanto la deshidratación como los golpes de calor.