Las hepatitis virales son causadas por diferentes tipos de virus: A, B, C, D y E, y aunque sus síntomas varían, todos pueden provocar hepatitis aguda e inflamación del hígado. Incluso los tipos B, C y D pueden evolucionar a formas crónicas y desencadenar complicaciones graves como cirrosis y cáncer de hígado.
A pesar de su impacto en la salud global, muchos pacientes desconocen que tienen hepatitis, ya que en muchos casos la enfermedad avanza silenciosamente o de manera subdiagnosticada. Por eso, desde el IPSST te brindamos información sobre las vías de transmisión, prevención y detección temprana de estas infecciones.
¿Cómo se transmiten?
- La Hepatitis A se transmite por el contacto con agua, alimentos u objetos contaminados con materia fecal.
- La Hepatitis B y D se adquieren por el contacto con fluidos genitales durante las relaciones sexuales sin uso de preservativo, por contacto con sangre al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes, o de madre a hijo durante el parto.
- La Hepatitis C también se adquiere por el contacto con sangre, y aunque es poco frecuente, también puede transmitirse por vía sexual.
- La Hepatitis E se transmite principalmente por beber agua contaminada o productos derivados de animales infectados, pero también por el contacto con sangre o derivados infectados, o de madre a hijo durante el parto.
Mantener el Calendario de Vacunación al día es la manera más segura y efectiva de reducir el riesgo de infección:
- La vacuna contra la hepatitis B protege en más del 90% de los casos. Se aplica a recién nacidos dentro de las 12 horas de vida, junto a otras dosis a los 2, 4 y 6 meses; y está indicada para toda la población no inmunizada anteriormente, sin importar su edad o condición.
- La vacuna contra la hepatitis A cuenta con una única dosis a los 12 meses de vida, y también está indicada para población de riesgo.
Para prevenir los demás tipos de virus es fundamental adoptar prácticas higiénicas, sobre todo antes de manipular alimentos; usar preservativo en la práctica de relaciones sexuales; evitar el uso compartido de elementos personales y no someterse a intervenciones estéticas en centros que no estén homologados.
Importante: algunos síntomas que se presentan son fiebre, orina oscura, pérdida de apetito, coloración amarillenta en piel y ojos, dolor abdominal y fatiga. Sin embargo, algunas personas no pueden presentarlos, por lo que se debe detectar mediante un análisis de sangre específico.
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