Cristóbal tiene apenas un año y cuatro meses de edad, o 16 meses de vida. Como sea que se expresen sus números no dejan de conmover, reflejando su lucha mientras que, con su rostro irradia esas infinitas ganas de salir adelante. Es un niño lleno de luz que hoy, ya recuperado y después de mucho batallar, transita los primeros pasos de de una vida corriente. Beneficiario del Subsidio de Salud y casi un ciudadano ilustre en su Simoca natal, ciudad que disfruta hace apenas unos pocos días, transcurrió la mayor parte de su vida lejos de casa, en el Hospital Italiano en Buenos Aires esperando por un órgano para ser trasplantado y recomenzar en su lugar de origen, donde sus padres imaginaron verlo crecer junto a su familia, sus abuelos, tías.
Transcurría el 30 de enero de 2018 cuando Rocío y Matías, llegaban desde “el Poliar” en Simoca, hasta un sanatorio céntrico en San Miguel de Tucumán, con algo más 39 semanas de embarazo para encontrarse con su hijo Cristóbal, que llegaría sin inconvenientes esa misma tarde luego de un parto por cesárea. Superados los controles de rutina del sanatorio, la familia regresaría 36 horas después a su casa sin ninguna novedad que les hiciera sospechar en nada de lo que luego deberían enfrentar.
A pocos días de nacer, luego del primer control Rocío detecto una coloración irregular en la piel de su bebe que la llevo a indagar con su médico, transitando sin saber un camino que resultaría en un diagnostico inesperado, “a los 20 días le detectaron en el Sanatorio San Lucas (Tucumán) una atresia de vías biliares y me dijeron que necesitaba un trasplante de hígado y que por su bien lo derivaban a través del Subsidio de Salud en avión particular sanitario, hacia la ciudad de Buenos Aires, al Hospital Italiano donde estuvimos internados 15 meses en emergencia nacional para lograr el trasplante hepático, soportando 16 intervenciones en ese lapso hasta que el 4 de abril fue trasplantado y acá estamos bien por suerte, saliendo adelante”, detalló Roció .
Entre varias consultas realizadas en distintos nosocomios, los profesionales médicos no daban con un diagnostico que despreocupara a su mamá, ya que la extraña coloración continuaba, hasta que el Dr. Carabajal los deriva con el Dr. Cardozo, quien sin dudar les anuncia que debían internarse para atender su caso. De esta manera y con apenas veinte días, Cristóbal entraba a su internación donde recibiría atención y se sometería a una primera cirugía que fue supervisada y monitoreada en línea por profesionales de otras partes del país para ser finalmente trasladado a Buenos Aires, donde permanecería trece meses junto a su madre, aguardando en lista de emergencia nacional los próximos 13 meses y superando una serie de traspiés hasta el 4 abril pasado que, como dice la mamá de Cristóbal, “en realidad él nació un 30 de enero, pero su trasplante fue un cuatro de abril que él ha vuelto a nacer, así que de ahora en mas su cumpleaños va a ser el 4 de abril, el día que él ha nacido de vuelta”.
Previo del regreso de los Kugel a Tucumán, la Lic. Roda del Departamento de Discapacidad del Subsidio de Salud, observo en su informe socio ambiental que las condiciones básicas para la reinserción de Cristóbal en el medio no estaban garantizadas, por lo que se articuló a través de la Lic. Marcela Vásquez con Ministerio de Desarrollo Social para que se realice la construcción de un módulo habitacional que cumpla con las especificidades que garantizan un espacio saludable para Cristóbal.
He tenido la suerte de conocer a la Lic Roda, la Lic. Valdez, a la Dra. Uasuf, en fin a muchas personas que nos han ayudado en el Subsidio de Salud, excelentes profesionales y personas que me brindaron muchas cosas que no están al alcance de muchas personas y de ellos sí, dándome una mano increíble y a través de ellos hemos conseguido el modulo habitacional para mi hijo, que después de su trasplante el necesitaba tener un espacio adecuado para él, con agua potable, cloacas, gas natural, en fin. Condiciones que en el Poliar, a 8 kms de Simoca, en el pueblo donde vivo no tenia esas condiciones y por intermedio de la Lic Roda, la Lic. Valdez y a la Dra. Uasuf a través del Subsidio de Salud, tengo el modulo habitacional”, indicó la mamá de Cristóbal.
Habiendo superado esta situación que les tocó vivir junto a su familia, Roció quiso compartir la historia de su hijo Cristóbal con los afiliados del Subsidio de Salud, agradeciendo a todas las personas que intervinieron en su caso y a la inmediata respuesta que tuvo de parte del equipo de conducción del IPSST, a cargo del doctor Fernando Avellaneda, “Estoy muy contenta y muy agradecida con el Subsidio de Salud que nos han dado una mejor calidad de vida para mi hijo y con todo su personal, gracias”.